¿Encuentro profundo o caricia fugaz?
¿Encuentro profundo o caricia fugaz?
Blog Article
Cada vez que la conexión depende exclusivamente del deseo visual y la química instantánea, el idilio se transforma en algo efímero. Ridículamente fugaz. Como los aparatos que calientan en segundos, que simplemente suben de temperatura en un pestañeo, y duran menos que una cita de Tinder. Construir un vínculo puramente en el atractivo exterior, es como meter comida en el horno del motel, enciende al instante, eso sí que se daña antes de lo esperado. Cuando todo es físico, el amorío no resiste ni una tormenta. No es broma. Como el horno del motel, que da calor veloz, pero no aguanta una semana. Una conexión que depende del atractivo físico, termina siendo ese microondas sospechoso, que parece eficiente, pero muere joven. Si acaso la belleza exterior es el centro de el amor, termina antes de empezar. Como cuando el horno rápido del hotel, que calientan sin preguntar, pero no llegan al desayuno.
¿Y si me arrepiento?
Mi alma lectora, meter la pata forma parte del proceso. No te condenes si te entregaste sin reservas y terminó siendo solo una clase emocional. Eso también lo hemos sentido, escuchando canciones tristes, preguntándonos qué nos llevó a presionar “enviar”.
Y lo hermoso es que, venga con fuegos artificiales o putas Bogota con silencios largos, te entregan fragmentos valiosos, te reflejan lo que mereces, cómo te reconstruyes. A veces, una persona aparece solo para recordarte, que tu alma sigue viva, reír aunque duela.
Reflexión final con aroma a café recién hecho
En el fondo, nadie tiene un detector perfecto para separar lo duradero de lo fugaz. Lo que sí existen son señales. Escucha tu calma, no te quedes en el subidón. Si el vínculo te nutre sin drenarte, si te reconoces sin esfuerzo, puede que eso sea más que un momento.
Por otro lado, si al evocarla, te enreda el corazón, y solo brillo en los labios pero no en el alma, estás transitando un fragmento poderoso pero finito.
La paz viene al entender la función de cada cruce emocional. No todos vienen con boleto de ida y vuelta. Otros aparecen para recordarte la risa, a soltar tus filtros, o a ayudarte a afinar tu intuición.
¿Te marcó el alma o solo te rozó el cuerpo? Solo tú lo sabes, y quizás, en tu historial de mensajes archivados.